20070824

CUENTO AFRICANO *** EL DESEO DE LA JIRAFA

Hace mucho, mucho tiempo, los animales hablaban. Sí, hablaban y vivían juntos en un claro del bosque. Un día estaban todos sentados formando un círculo.
Justo llegó Dios, que estaba cansado de crear a todos los animalitos (recién había terminado de crear al último, pero yo no recuerdo cual fue). Entonces se sentó junto a ellos

y Dios les preguntó si alguno deseaba algo en especial.
La jirafa dijo:- A mí me gustaría ser sabia.
Entonces Dios le ordenó que no debía hablar más, porque los que hablan mucho son los charlatanes, en cambio los sabios escuchan.
A partir de entonces la jirafa, desde allí arriba, todo lo oye y todo lo ve pero no emite ningún sonido.
FIN




20070821

Había una vez una mosca que se posó sobre el tronco más alto de un montón de leña. El tronco era tan liso que la mosca resbaló y cayó sobre la cabeza de una serpiente, que estaba durmiendo entre la leña.El zumbido de la mosca despertó a la serpiente, que estaba muy enojada. A ninguna serpiente le gusta tener una mosca zumbando sobre su cabeza, y menos cuando está durmiendo.la mosca, al ver a la serpiente enojada dijo: - perdone serpiente, pero si viene el leñador y la encuentra sobre los troncos, creo que le cortará la cabeza.La serpiente pensó y pensó... y se fue a una cueva.En la cueva vivía un ratón que se asustó y salió corriendo.El ratón asustado tropezó con la pata de un faisán.El faisán gritó de dolor y despertó al mono que estaba durmiendo sobre una rama. El mono se cayó sobre la cabeza del elefante.El elefante, también se asustó y salió corriendo pisando todo lo que había a su paso, con tanta mala suerte que aplastó el nido del pájaro Ntietie, que tiene plumas rojas como el fuego.El pájaro Ntietie se enojó mucho y empezó a volar y con sus plumas rojas incendió la selva. Un venado se quemó las patas y salió disparado hacia el río. Pero en el río se estaban bañando desnudas las mujeres de la aldea. Las mujeres se fueron a quejar al jefe y el jefe muy enojado llamó al venado, que le hechó la culpa al pájaro Ntietie (el pájaro de fuego) que le hechó la culpa al elefante, que le hechó la culpa al mono, que culpó al faisán, que le hechó la culpa al ratón, que culpo a la serpiente, que le hechó la culpa a la mosca.La mosca miró hacia atrás pero no pudo hechar la culpa a nadie. Entonces el jefe se reunió con los ancianos de la aldea y discutieron si la mosca era culpable o no.Al final decidieron perdonar a la mosca porque ella no tuvo intención de provocar tantos problemas.Y hoy día sigue la mosca zumbando, molestando, tratando de explicar que ella no tuvo la culpa.

Había una vez una oruga que entró en la cueva de una liebre, justo cuando ésta había salido a pasear.Cuando la liebre regresó se dio cuenta de que alguien estaba en su cueva y preguntó: -¿Quién está dentro de mi cueva?la oruga contestó: -Yo soy un poderoso guerrero que aplasto contra el suelo al rinoceronte y hago caca de vaca al elefante !Soy invencible! la voz retumbaba tanto dentro de la cueva que la liebre muy asustada pidió ayuda al chacal. El chacal fue hasta la entrada de la cueva y preguntó: -¿Quíen vive?la oruga volvió a contestar lo mismo.- yo me voy - dijo el chacal, entonces la liebre fue a buscar al leopardo.El leopardo preguntó: -¿Quién vive?la oruga contestó:- Yo soy un poderoso guerrero que aplasto contra el suelo al rinoceronte y hago caca de vaca al elefante !Soy invencible!El leopardo se fue, entonces la liebre fue a buscar al rinoceronte.El rinoceronte preguntó: -¿Quién vive?Cuando oyó que lo iban a aplastar contra el suelo, salió corriendo.La liebre fue a buscar al elefante y cuando éste oyó que lo iban a hacer caca de vaca, también salió corriendo.Una rana curiosa pasaba por allí. Como era muy curiosa le preguntó a la liebre que pasaba y la liebre le contó todo.La rana trató de ayudar. Se acercó hasta la entrada y preguntó:-¿quién vive?la oruga contestó:- Yo soy un poderoso guerrero que aplasto contra el suelo al rinoceronte y hago caca de vaca al elefante.¿Ustedes piensan que la rana se asustó? No; no se asustó y dijo muy enojada:-Yo que soy fuerte y saltador he venido. Mis ancas son como postes y Dios me ha hecho malo, muy malo. Entonces la rana se metió en la cueva y la oruga al verla tan fea empezó a temblar y dijo en voz baja: - soy sólo una oruga, por favor, no me hagas daño.La oruga salió de la cueva y los animales empezaron a arrastrarla por todos lados.Todos los animales comenzaron a reír por lo que la oruga había sido capaz de hacerles.
Cuentan los que saben que hace mucho tiempo, muy cerca de un lago vivían una cebra de color blanco, (porque en aquella época las cebras eran lisas) , y un babuino. Ambos animales iban a beber al mismo lago, en el mismo lugar. La cebra se veía reflejada en el lago y decía: "Que hermosa soy". Un día el babuino estaba bebiendo a su lado y la cebra, mirando el reflejo del agua dijo:" Que feo es".El babuino ofendido desafió a la cebra a pelear. Fue así que todos los animales se reunieron para ver la pelea. Con brasas calientes rodearon el círculo exterior de la contienda, seguramente para que no escapen ni la cebra, ni el babuino. Adentro la cebra insultaba al babuino y el babuino a la cebra. y del insulto siguieron los golpes PIFF, PAFF, COZZ, ZUMM...el babuino tiró a la cebra contra las brasas y esta se quemó. Es por eso que las cebras ahora tienen rayas. La cebra le pegó un patadón (algo así como una tremenda coz) al babuino que voló hasta darse el culo contra la montaña y cayó raspándose todo. Es por eso que el babuino ahora tiene el culo pelado. ¿Que quién ganó la pelea? La verdad que no sé. Yo solo quería contarle de por que las cebras tienen rayas en la piel.
Había una vez un sultán que tenía un palacio inmenso, y mucho oro, y muchos ejércitos y además a este sultán le gustaba comer queso. pero mucho, mucho queso.
Claro, el palacio se había llenado de ratones.
Y los ratones comían el queso del sultán.
El sultán le dijo al visir que consiguiera gatos para espantar a los ratones.
!Y los consiguió! pero maullaban todo el día y toda la noche. El sultán no podía dormir y entonces le pidió al visir que trajera unos perros para espantar a los gatos. Cuando llegaron los perros los gatos se fueron pero los perros cagaban en cualquier lugar del palacio. Al sultán no le gustó esto y le pidió al visir que consiga unos leones para espantar a los perros. Cuando llegaron los leones los perros se fueron, pero el sultán, la sultana y sus hijos tuvieron miedo de los leones.
En fin, el sultán le pidió al visir que traiga a los elefantes para espantar a los leones.
!Y así se hizo! Llegaron los elefantes y los leones abandonaron el palacio.
Pero los elefantes ocupaban todo el palacio y nadie se podía mover allí adentro.
Entonces el sultán le dijo a su visir que se lleve a los elefantes.
El visir se llevó a los elefantes y volvieron los ratones.
Y los ratones se comieron todo el queso.
Y el cuento se acabó.


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